+ Una nueva oportunidad [Parte XVIII]
[Nerviosa subo las escaleras y me encandilan las luces,
trato de mantener mi mirada a la nada misma pero siempre mirando adelante y
caminando con tranquilidad. Cuando llego hasta en animador, lo saludo con un
beso y parece congelarse todo, cuando su mirada se queda clavada con la mía, él
parece sorprendido y yo avergonzada de estar en este escenario]
No duda un instante y
se viene al otro lado mio, animando mas el desfile, pide que de una vuelta y me
sostiene de la mano. El calor de su mano esta quemando todo mi cuerpo, me
aprieta con fuerza la mano, sin querer desprenderla. Cuando termino de dar la
vuelta y deslizo lentamente mi mano acariciando sus dedos, me quedo inmóvil, al
sentir algo en uno de ellos. Un anillo exactamente en la mano izquierda. Mi
alma parece caerse al piso mientras que trato de dibujar mi mejor sonrisa y
hacerme a un lado para que terminen de subir las que restan. El notó la
incomodidad que me causo haber sentido su anillo y trata de seguirle el ritmo
al animador pero parece preocupado. Regina y Mailen desfilaron realmente como
dos modelos, y las han aplaudido mucho. La mirada del Sr. Misterio no deja de
seguirme disimuladamente. Y yo acá parada, delante de mucha gente muriendo de
vergüenza.
El animador invita a Gaspar y dos personas más a deliberar
las ganadoras. No tardan mucho y Gaspar toma el mando de dar a conocer las
ganadoras. Comienzan a nombrar el tercer puesto que es para Fiorella con el nº
5, se gano una cena para cuatro personas en el boliche y consumiciones gratis.
Todos aplauden. Continúan con el segundo puesto que es para el número 14
(Sofía) Otra cena pero para dos personas y una cartera de Gucci. Y el puesto nº
1 es para Penélope (nº 11). Mailen y Regina se abrazan y festejan, mientras yo
intento bajar a tierra, me empujan un poco pero cuando me doy cuenta, tengo la
mano extendida de Gaspar que me viene a buscarme para llevarme al centro del
escenario y darme los regalos. Antes me da un abrazo, y ese calor florece más
en todo el cuerpo.
Hay algo raro entre ambos, lo siento así y creo no
equivocarme, mi cuerpo no quiere soltar el suyo. Pero él se aparta un instante
para darme el Gift Card de 1000 Euros y señala la botella de Champagne que está
en una mesa al costado. Una vez que me entrega la orden de compra, me vuelve a
abrazar y entre el ruido, me dice unas palabras al oído
-Necesito que hablemos, cuando todo termine, mi seguridad
te va a guiar hasta donde estoy. Solo unos minutos, por favor
-OK. –A secas sin dudar ni un segundo-
-Gracias –me lanza una sonrisa compradora y se aparta de
mí.
Él se despide del público y el animador también,
mientras Regina y Mailen vuelven para
abrazarme y cuando nos apartamos del escenario, nos dan una orden que equivale
a la botella gigante de Champagne. Caminamos juntas hasta la escalera por donde
entramos para disfrutar de la noche, pero antes de seguir las interrumpo un
segundo
-Chicas, necesito hablar unos minutos con alguien –no
termino de hablar cuando tengo a un seguridad al lado mio que interrumpe mi
dialogo
-Disculpe ¿Srta. Benedetti?
-Si –lo miro extrañada-
-Sus amigas pueden ir hasta el 2 piso que está habilitado
para su festejo y allí también esta la persona que necesita hablar con usted.
Pueden acompañarme por aquí –toma el mando para llevarnos al 2º piso. Regina y
Mailen se quedan mirando algo extrañadas, no entienden nada pero la felicidad
es tan grande que evitan preguntar.
Subimos escaleras y ya estamos en el segundo piso, ellas
caminan hasta una mesa donde hay copas y el hombre de seguridad dobla en un
pasillo, donde hay una sola puerta. Golpea y la abre me hace seña de que pase.
A penas ingreso, siento un clima especial, un lugar apartado de todo, luces
tenues y la música del boliche que apenas se escucha. Al fondo
de la habitación está parado, junto a dos copas y un sillón blanco. Camino
hacia él y me quedo mirándolo. Se ve tan sencillo y no deja de ser hermoso,
sus ojos brillosos, su pantalón negro y camisa blanca, como cuando nos cruzamos
en el ascensor. Él también me mira. Me extiende su mano para darme una de las
copas y con la otra mano me agarra para llevarme hasta el sillón y nos
sentamos. Alza su copa para brindar
-Por esta maravillosa noche, llena de hermosos momentos
–sonríe y hace sonar su copa con la mía.
Tomamos un sorbo y la dejamos a un
costado. Nos quedamos un minuto en silencio, contemplando ese instante, mueve
su cabeza a un lado y sonríe más. Toma fuerza para hablar
-Sé que todo esto parece una locura, pero si hay algo que
puedo asegurarte, que nada de lo que sucedió hasta ahora es casualidad. Perdón
si mi español no es tan bueno, lo intento día a día por una única razón.
Se le
ponen los ojos brillosos, como a punto de explotar en un llanto, yo siento el
escalofrío ya típico en mí y como mi corazón bombea de una manera extraña.
Continúa hablándome..
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